Estas últimas semanas sonaron mucho las palabras “pro vida”,
“pro esto” “pro aquello”, derecho a tal o cual cosa. Estuve pensando mucho en
qué grupo estar o si incluso valía la pena meterme en la discusión. Pero ya con
todo el revuelo en las redes sociales cada vez todo se apartaba mas del tema
originario y leía discusiones de otras totalmente diferentes.
Por ejemplo: Había personas que recriminaban las
manifestaciones o la importancia que se le daba al tema de la OEA cuando habían
niños muriendo en hospitales por falta de insumos, familias perdiendo todo por
las inundaciones, incluso indignados por el despliegue de fuerzas armadas para
contener los disturbios en las marchas en vez de ir a buscar a Arlan (lo cual también
me pregunté yo).
Dentro de ese marco, en un grupo de Whatsapp una compañera
mía, que reconozco
tiene la visión de Jesús para ver a personas con necesidades específicas, nos
contó que al salir de la facultad la noche anterior vio a una señora viejita y
encorvada con un bastón que despacito iba a intentar cruzar la calle, por lo
que se bajó del auto a ofrecerle ayuda. Al hablarle se sorprendió mucho al
darse cuenta de que la señora era no vidente; la llevó hasta su casa ahí cerca y
entró con ella.
Era una piecita con un baño y su gato, nada mas. Ña Rosita (así
se llama esta campeonísima) le contó que vivía ahí desde hacía treinta años con su mamá, pero ésta había fallecido cuatro
años atrás, que amaba a Dios y sabía mucho de Su palabra. Al preguntarle
quién le daba la plata para suplir sus necesidades Ña Rosita contestó simplemente que había
personas que suelen ayudarle.
Esta compañera nos invitó a que vayamos a visitarle y le llevemos algunas cosas, además de limpiarle su casa, porque Ña Rosita no podía y dependía de una vecina para eso. Así que ahí fuimos, armados con bolsas de arroz, fideo y esas cosas que uno lleva cuando va a hacer la buena acción del año.“Así que no se preocupen ni digan: “¿Qué vamos a comer?” o “¿Qué vamos a beber?” o “¿Qué ropa vamos a usar?” La gente que no conoce a Dios trata de conseguir esas cosas, pero ustedes tienen a su Padre en el cielo que sabe que necesitan todo esto. Así que, primero busquen el reino de Dios y su justicia, y se les dará todo lo que necesitan” Mateo 6:31-33
Yo me iba preguntando “y cómo va a saber qué paquete es qué?”
y muchas otras cosas. Fue con nosotros Jazmín, con su guitarra y su voz
privilegiada para amenizar el ambiente.
Eran casi las 9:30 de la noche del viernes, salíamos de la
facultad así que grande fue mi sorpresa cuando le encontramos a Ña Rosita por
la calle, camino a la despensa. Le contamos que íbamos a su casa y que le
traíamos algunas cosas.
Una vez adentro yo no sabía por dónde comenzar. Seguro que
para una persona no vidente debía ser titánica la labor de mantener el orden y
la limpieza, mas con un gato no muy adiestrado a hacer sus necesidades afuera
de la pieza. Pero cada uno agarró una escoba, un trapo o la esponja e intentamos poner orden. Además
era asombroso ver a Rosita tan agradable y dispuesta a que unos completos
desconocidos entren a su casa de noche.
Se instaló afuera con Jazmín y su guitarra, y yo podía
escuchar que conversaban, poniéndose de acuerdo sobre el estilo musical que a Ña
Rosita le gustaba y que Jaz solía cantar.
Nosotros adentro también hablábamos sobre dónde poner esto,
como limpiar aquello. Yo tenía la cabeza llena de preguntas de cómo se las
arreglaba para encontrar las cosas, cocinar, lavar y todo eso porque vivía
completamente sola y no tenía a nadie. No estaba precisamente atenta a los aspectos espirituales del asunto,
hasta que escuché la voz de Ña Rosita (ya le había dicho a Jazmín que ella
cantaba), cantando fuerte y claro:
“¡Oh! Yo siempre amaré esa cruz.
En sus triunfos mi gloria será.
Y algún día en vez de esa cruz,
Mi corona Jesús me dará”
Si al principio me había dado lástima, ahora me sentía con
vergüenza al lado de esta mujer.
Dentro de su situación, que para mi era desoladora, ella
tenía gozo!! Podía cantar que estaba en
victoria en Jesús, confiando en Él para todas sus necesidades.
Puede que haya quienes digan que contar lo que hicimos es
por vanidad o que no solucionamos sus problemas yendo una sola vez, que
necesita una solución real y otras cosas mas.
Tampoco con una marcha se soluciona algo, o donando dinero se
arregla al mundo, o escribiendo un artículo se logra que las autoridades
arreglen el problema. Pero siempre hay algo que nosotros podemos hacer. Siempre
hay algo que nosotros podemos dar.
Puede ser un paquete de arroz, un talento musical, barrer
una casa o un rato de nuestro tiempo para escuchar. Siempre hay algo.
Tanto se habló de salir de las redes sociales y accionar. De
ser PROactivos.
No vas a salvar al mundo, ni terminar con un problema
social, pero vas a hacer que en una vida haya un antes y un después. Y también en
tu vida, ya no vas a ser un indignado mas, vas a ser parte de un selecto grupo
de personas, de las que comparten acciones y no estados. De los que tuitean
hechos y no frases.
La Madre Teresa empezó con un orfanato y tres doláres.
Cuando estaba recibiendo el premio Nobel de la Paz se le preguntó cómo se podía
cambiar al mundo con un orfanato y tres doláres y ella respondió: “cada uno
debe encontrar su Calcuta”.
Cada jugador cuida de su puesto y así se gana el partido. Si
ves la magnitud del problema va a ser fácil convencerte de que nada de lo que
hagas puede hacer una diferencia significativa.
Pero hay algo que podes hacer, ¿qué estas esperando?
" No se trata de que por ayudar a otros ustedes pasen necesidad; se trata más bien de que haya igualdad. Ahora ustedes tienen lo que a ellos les falta; en otra ocasión ellos tendrán lo que les falte a ustedes, y de esta manera habrá igualdad." 2 Corintios 8:13-14
Nosotros le limpiamos su casa. Ella nos recordó el significado de amar a Dios con todo el corazón. |