Una historia por escribir..

Una historia por escribir..
Mi historia la escribe Dios pero los hechos los hago yo

lunes, 26 de agosto de 2013

Más que un bello paisaje



Lo que aprendí esta vez no fue por una película o un libro. Fue mas bien un recordatorio, de algo que “sabía” pero no lo tenía muy presente.

En estos días fuimos a Foz a ver las cataratas con unos amigos. Es algo que tenes que ver, mas que cualquier película, es una excelente experiencia; es increíblemente hermoso. La caminata es larga pero vale la pena, es más, vale tanto la pena que pagué dos veces luego para entrar, porque la primera vez perdí mi entrada (a los 5 pasos desapareció por ahí, no sé cómo). *Recomendación: no pongan la entrada y el ticket fiscal en el mismo bolsillo.

Mientras íbamos caminando con un grupo de gente, cada paso nos deteníamos para las consabidas fotos de rigor. Costaba seguir, porque queríamos quedarnos para siempre mirando en un lugar, pero los que sabían nos decían “Dale vamos, esto no es todavía lo mejor”. Yo iba quitando fotos  y preguntándome: “Dios, en qué estabas pensando cuando creaste esto?”.


Cuando por fin llegamos al mirador principal, no les puedo explicar lo que era. Estabamos a unos 30 metros de la cascada, el agua nos mojaba, no se escuchaba nada más que el ruido del agua, el visor de la cámara se empañaba al intentar tomar una foto pero era imposible capturar tanta magnificencia ni con la lente mas poderosa. Era un momento soberbio. Yo seguía pensando:“EN QUÉ ESTABAS PENSANDO?"
 
En eso me fije que por las barandillas había candaditos cerrados en los barrotes. Algunos tenían iniciales y fechas grabadas. Entonces recordé que en una película habían comentado la costumbre de parejas de poner candados en un puente, cerrarlo y tirar la llave al agua, como símbolo de que nada los iba a separar.

Fue ahí cuando, a pesar del viento y el ruido, sentí que todo se silenciaba y escuché esa voz tiernísima respondiendo a mi pregunta suavemente:
    “En vos.. estaba pensando en vos”

Me quedé helada, pero no por el frío. Fue tan fuerte la impresión y tan palpable el gigantesco amor de Dios, viendo el agua caer con tanta fuerza produciendo mucho más que un hermoso paisaje. Los ojos se me llenaron de lágrimas, sentía que me sonrojaba. Era mi Amado hablando a mi corazón.

Si la vida tuviera banda sonora se hubiese escuchado “Me dice que me ama” de Jesús Adrián Romero ♫♪ me dice que me ama y que conmigo quiere estar, que ha hecho lo que existe para llamar mi atención

Cuando volvíamos me iba mirando a las demás personas, preguntándome si alguien mas había reparado en Dios. Quería contarles lo que me dijo pero todavía no podía.
Entonces una de las chicas dice: “Alguno le habló a Dios mientras estábamos ahí? Verdad que era imposible no hablarle?”

Yo  solo sonreí. Todos oyeron el mensaje.
“Los cielos están declarando la gloria de Dios; y de la obra de sus manos la expansión está informando.” Salmo 19:1

viernes, 2 de agosto de 2013

21



Me gustan mucho las películas que toman un tema en el que nunca se pensó y basan la trama en eso, o pasan en lugares en donde no te imaginas una película, como en Ratattouille que todos aprendimos unos cuantos tips de chef y lo estresante que es la cocina de un restaurante. Esas que tienen una historia y no solo gente disparándose sin sentido (como las que le gustan a mi papá y a otros nenes que conozco), sino las que te meten en un mundo y muestran cómo son las cosas ahí.

Me quiero referir a “21 Black Jack”. La historia trata de Ben Campbell, un estudiante superdotado por ahí en una universidad para gente bastante inteligente, que deseaba estudiar medicina en Harvard y estaba tratando de conseguir una beca, porque la carrera costaba 300.000 dólares. Él aparte trabajaba en una tienda de ropa para hombre y así trataba de juntar su plata.

En la universidad va a una clase nueva con un profesor de probabilidad o estadística o una de esas cosas, que se da cuenta de la mente privilegiada para los números que tiene Ben y lo invita a unirse a él y un grupo de estudiantes que se dedicaban a contar cartas en Las Vegas en el juego de “21”. Ben al principio no quiere, pero al final se mete para tratar de conseguir el dinero para su carrera. “Un medio para un fin” tal como le dice a su profesor. Le enseñan todos los trucos que tienen para que no les pillen y cada fin de semana van a Las Vegas para jugar y divertirse. Ben empieza a experimentar cosas que jamás había ni soñado, se relaciona con gente diferente, el profesor le consigue buenas notas para que no vaya a clases y otras cosas.

Hay una frase que dice en un momento dado:

“Por fin las cosas se me daban fáciles”

Ben era una persona esforzada, a pesar de tener una inteligencia considerada superior,  igual debía trabajar para mantenerse. Tenía un sueño y debía esforzarse para cumplirlo, pero tenía una mamá que estaba orgullosa de él, amigos que lo apoyaban siempre. Era una persona afortunada en muchos aspectos. Pero quien no cedería ante la posibilidad de conseguir lo que queremos de forma fácil? A quién le gusta sudar y trabajar para conseguir algo cuando te ofrecen la posibilidad de tenerlo con un mínimo esfuerzo? 

Pero sabemos cómo termina eso, a qué nos exponemos y qué está en juego si nos sale mal. En Proverbios 13:11 dice “las vanas riquezas siempre se gastan; el que trabaja y las guarda las hace crecer”. Siempre se dice que lo que más costó conseguir llega a ser lo más querido y lo que se consigue fácil, pronto se olvida o se desestima.

La meta de muchos es ser rico, terminar una carrera, formar una familia, tener casa propia. Pero todo esto no se consigue de la noche a la mañana, y tampoco mantenerlos se logra en un día. Es un proceso, una cuestión de un día a la vez. Y existen esos días en los que parece que retrocedes mas de lo que avanzas. Esos días en que tenes que volver a convencerte de porqué seguís en la lucha.

Pero en esto se ve una gran diferencia entre los que hacen las cosas “a su manera” y los que deciden hacer a la manera correcta, a la manera de Dios. Que parece que siempre es la más difícil. Entre los primeros siempre hay desconfianza, egoísmo y envidia. Consiguen lo que quieren pero les trae mil complicaciones.

Y están los del segundo grupo. Los que a pesar de las dificultades no ceden a la manera fácil. Los que parece que perdieron en el mundo pero ganaron en el cielo. Eso es lo excelente de Dios, que sólo con Él una derrota se vuelve victoria. Solo con Él de algo malo sale algo bueno.
Si te esta costando lo que queres lograr, felicidades. Sea cual sea el resultado, al final vas a ser mas fuerte. Además, tenes una promesa:


“A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” Romanos 8:28

Te toca amar a Dios. A Él le toca que las cosas te ayuden a bien.

Tus mejores cartas: Jesús te Ama