Nunca les pasó que de repente una parte de una canción se
les viene a la cabeza y ni siquiera saben como se llama pero tienen la
necesidad de escuchar en ese momento? Me pasó algo así hace unos días, con una
música de, si, Gustavo Cerati.
Estaba en casa de una amiga y de repente empecé a escuchar
en mi cabeza la melodía lenta característica de este cantante.
Personalmente no me gusta. Siempre digo que es muy lento y medio deprimente para escuchar
cuando estas feliz, y demasiado dramático cuando estas triste. Pero ahí estaba
yo buscando en Google como se llamaba para poder escuchar completo.
Así llegué hasta “Crimen”, canción que todos conocemos pero
nunca le había prestado atención hasta ese momento. Y una frase me llamó la
atención
“Si no olvido, moriré”
Cuando pasa algo que nos lastima, o nos equivocamos muy grande
en alguna cosa, lo siguiente que hacemos después es martirizarnos con lo que
pudimos hacer para evitar, o tratando de entender cómo se pudo actuar así con
nosotros, y nos seguimos lamentando días después o a veces hasta semanas
después. Dandole vueltas al asunto las
24 horas, sumiéndonos cada vez mas en la depresión.
Y realmente se puede llegar a decir como Cerati, porque poco
a poco esos pensamientos, ese recuerdo nos va consumiendo, al punto de matar a
la persona que eramos.
De ser risueños y reírnos por cualquier cosa, nos quedamos
convertidos en personas que les cuesta sonreír de verdad, que siempre estan
ausentes, aéreos. Las cosas que te importaban dejan de parecer relevantes.
Empezamos a preferir estar solos porque las preguntas de todos empiezan a
aparecer: “Qué te pasa?” “Estas cambiado” “Te noto triste”, que sabemos son
bienintencionadas pero que una mas y reventamos. Se llora mucho.
Ante todo eso solo queremos una cosa, que parece lo mas
imposible: DEJAR DE PENSAR.
En la película “El secreto de sus ojos”, el abogado que se
había obsesionado con el caso del
asesinato de una mujer, le muestra al marido,
muchos años después, la novela que estaba escribiendo sobre eso. El abogado
sigue preguntándose mil cosas pero el marido le dice:
“No pienses mas en ‘qué hubiera pasado’, ‘si hubiese estado’, si no hubiese estado’, vas a tener mil pasados y ningún futuro”.
Dejemos de pensar en lo que pasó o no, lo que se dijo o lo
que no. No es restarle importancia, es dejar de permitir que te siga haciendo
daño. Porque necesitas un tiempo, una distancia para poder apreciar la
enseñanza, lo que se puede rescatar. Tiempo para volver a recargarnos de
fuerzas y continuar.
Pero no es llenarnos de mil cosas y negar lo que nos hizo
mal. La Biblia nos dice:
“..llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.” 2 Corintios 10:5
No vas a dejar de recordar de la noche a la mañana, pero
cada vez que te acuerdes, entregale ese pensamiento a Dios, que sea Él el que
borre y sane. Es aceptar su Gracia una vez mas.
Mientras mas vueltas le demos, mas errores vamos a
encontrar. Mas motivos para sentirnos culpables (alguien especializado en eso
mete la mano susurrándonos al oído “viste,vos luego..”) y nos llenamos de
mentiras.
Sí, es mentira. Porque el Dios de Gracia nos dijo que si nos
arrepentimos nos perdona. Así que dejémosle que El se arregle con el acusador llevándole
esos pensamientos.
Por su gracia lo malo sirve para algo bueno. Por su Gracia Jesús
se levantó de los muertos. Y por su Gracia vas a salir de esto.
No basta una vez, sino todas las que sean necesarias |
Genial Majo! tal cual!
ResponderEliminar