Una historia por escribir..

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Mi historia la escribe Dios pero los hechos los hago yo

martes, 29 de enero de 2013

Discursos de guerra



En algún momento todos necesitamos palabras de ánimo. Esa motivación que nos haga animarnos a dar ese paso decisivo, de salir de nuestra zona de comodidad y arriesgarnos a hacer algo grande para conseguir algo mayor. En esos momentos nada mejor que escuchar uno de esos discursos que hacen que tu corazón se acelere mientras se te va erizando la piel, que logran que de tu boca salga un grito de guerra en donde antes solo había vacilación, que hacen que tus pies se apresten para un batalla cuando solo querían salir corriendo. Ese momento en que te das cuenta que te convertiste en un guerrero, que sabes que no vas a parar hasta conseguir lo que te propusiste. En un click la vida nunca más volvió a ser la misma.


Es notable como las palabras pueden lograr tan grande cambio, pero no solo las palabras, la actitud del que te las diga también se transmite obviamente. No es lo mismo cuando alguien te dice “dale! Animate, salí!” y está escondido detrás de vos, que el que te dice lo mismo pero está en frente, dispuesto a recibir golpes pero decidido a dar unos cuantos también. 


La revista Selecciones publicó una vez una recopilación de los 5 mejores discursos de todos los tiempos. Bueno, la verdad que no me acuerdo si se llamaba así luego, y tampoco recuerdo en qué año y mes publicó por eso no pongo tal cual, pero el tema es que eran unos cuantos discursos (ok, tampoco me acuerdo cuántos exactamente eran) que se volvieron ya clásicos por así decir, e incluso hasta ahora se suelen citar fragmentos.


El que sí recuerdo era el de Winston Churchill, titulado: “Sangre, sudor y lágrimas; “No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor (..)Me preguntáis; ¿Cuál es nuestra aspiración? Puedo responder con una palabra: Victoria, victoria a toda costa, victoria a pesar de todo el terror; victoria por largo y duro que pueda ser su camino; porque, sin victoria, no hay supervivencia» (esta partecita googleé).


En las películas de guerra siempre hay un momento, antes de alguna batalla decisiva, en que el protagonista da unas palabras, que siempre hacen que se me nublen los ojos, sienta el nudo en la garganta y la cara se me ponga roja mientras trato de que las lágrimas no me descubran. La frase de Máximo, en Gladiador “Lo que hagan en la tierra, tiene su eco en la eternidad”, o el de William Wallace, en Corazón Valiente, que les dejo al final para que vean si no se acuerdan. Cuando dice: “Pueden tomar nuestra vida pero nunca nuestra libertad!”, para mí que medio le copiaron al Mariscal López con su grito de “muero con mi patria”.


Creo que para que simples palabras tengan esa fuerza y consigan que las personas reaccionen no se da tanto por el tono de voz, sino por la certeza absoluta de que es la verdad, tanto que hace que el otro se contagie de la misma pasión, que direccione su accionar y hasta sus pensamientos. 


Nunca falta tampoco (en la ficción y la vida real), el cobarde que prefiere vender su bando por asegurar su vida o su comodidad. O simplemente está ahí, tirando su veneno en forma de “es muy difícil”, “no vale la pena”, “mejor que no nos metamos en eso”. Para esos, Deuteronomio 20:8 dice “Entonces los oficiales hablarán otra vez al pueblo, y dirán: ``¿Quién es hombre medroso y de corazón apocado? Que salga y regrese a su casa para que no haga desfallecer el corazón de sus hermanos como desfallece el corazón suyo.” O sea, si tenes miedo retírate bien nomás y no contagies tu mala onda al resto que sí quiere intentar. 


Les dejo con este video, busqué muchísimo una versión subtitulada o al menos español latino y esta fue la mejor que pude encontrar. Mejor que aprovechen y vean la película así aprecian bien todo. De igual manera, espero disfruten tanto como yo.
 

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